miércoles, 4 de noviembre de 2020

¿Por qué es el estigma la gran asignatura pendiente en Salud Mental?

 


Lo más preocupante es que la desesperanza y la baja autoestima aumentan el riesgo de suicidio y disminuyen la interacción social. Las personas tienden a quedar aisladas y con tendencia a afrontar, de manera más pasiva, los síntomas y factores estresantes. Incluso limitan su participación en los grupos de apoyo social.

Una opción para luchar contra el autoestigma es la remoralización. Se trata de un proceso que cumple dos funciones. Por un lado, contrarresta la humillación, al reemplazar las creencias de depreciación moral. Pero también mejora la confianza del sujeto en su capacidad para contribuir en la comunidad y cumplir con sus obligaciones sociales.

Además, en los últimos 10 años se están produciendo una serie de cambios interesantes que tienen como finalidad la visibilización de las personas en recuperación. Se pasa de la intervención sobre quienes sufren la discriminación a las intervenciones sobre la sociedad. Estados Unidos y España son un ejemplo de ello.

El movimiento por la recuperación desarrollado en Estados Unidos hace más de una década puso de relieve una serie de ideas que recorren transversalmente a todos los grupos “por la recuperación”. Son los siguientes:

  • La recuperación de la adicción es una realidad en millones de personas;
  • hay muchos caminos para llevar a cabo la recuperación;
  • la recuperación es un proceso voluntario;
  • la recuperación se hace consistente en sociedades que la apoyan;
  • las personas en recuperación son parte de la solución, ya que la recuperación devuelve a la sociedad lo que la adicción ha quitado.

En nuestro país, la Federación de Alcohólicos de la Comunidad de Madrid, en colaboración con el Hospital Universitario 12 de Octubre, desarrollaron el programa “Ayúdate-Ayúdanos” (PDF). El programa ha demostrado su eficacia en la recuperación de las personas con dependencia alcohólica y de sus familiares, además de comprobar su eficiencia.


Articulo completo:  https://theconversation.com/por-que-es-el-estigma-la-gran-asignatura-pendiente-en-salud-mental-146785?utm_source=facebook&utm_medium=bylinefacebookbutton&fbclid=IwAR11U5GJyGrAx5TproJ1d0-ulMZahNdLiyaRpeiIFMoDz63LEVZNxOzZQcU


jueves, 15 de octubre de 2020

‘Alteraciones de la identidad en personas con Trastorno Límite de la Personalidad’ (TLP)









Las personas que padecen Trastorno Límite de la Personalidad ( TLP ) pueden tener una alta impulsividad y una elevada inestabilidad emocional. También problemas de relaciones y finalmente alteraciones de la identidad, que es el motivo de este último libro. Básicamente tiene que ver con que son personas que sienten un profundo sentimiento de soledad, de vacío, con dificultades para definir proyectos, con dificultades incluso para definir su identidad sexual y, por supuesto, con una elevada autocrítica y juicio sobre sí mismos.

Cualquier persona puede tener alguno de estos síntomas en un momento determinado.

Exacto. Pero hay dos criterios de corte. Por una parte la cronicidad y por otra, la severidad.

¿Hay una base genética o es una cuestión ambiental?

Depende de cada persona. Sin embargo, además de los factores genéticos o ambientales, estaría la variable cultural y esto es casi una visión personal. En la sociedad actual, en la que hemos pasado de un paradigma más rígido, más definido para lo bueno y lo malo, a un paradigma dual donde está más marcada la individualidad, el que cada uno se vaya construyendo, esto a la gente que es más vulnerable de base le supone una pérdida de coordenadas vitales. Y esa pérdida, que es el postmodernismo actual, es sin duda un factor cultural para que actualmente incluso pueda haber más gente con el diagnóstico.

¿Y cómo afectan las redes sociales?

Entran dentro de la lógica del postmodernismo. Es decir, somos una sociedad que en ese sentido intentamos construir un yo social que sea deseable o aceptable socialmente y el envoltorio para movernos en el mundo es el cuerpo, la imagen. Tanto la corporal como la psíquica. En este mundo, las redes sociales acentúan el querer idealizar el ser. No quiero hacer un dibujo del todo negativo porque no sería certero, pero el uso de las redes sociales en personas con baja autoestima o que no tienen construida su identidad es absolutamente peligroso.

En esta sociedad, ¿el TLP todavía es tabú?

A nivel de normalización no está tan integrado como otros diagnósticos y desde luego existe un alto estigma. La propia palabra, límite, asusta. Pero por otro lado hay que decir que la gente con TLP tiene especiales cualidades para muchas profesiones, especialmente las que tienen que ver con el cuidado de los demás y artísticas. Para la intuición, la creatividad, la emocionalidad y la empatía para con los demás. Afortunadamente, empiezan a salir poco a poco del mundo del arte y la música famosos que reconocen que tienen trastorno límite. Muchos de ellos finalmente han hecho público que tienen el diagnóstico, independientemente de que incurran o no en problemas de drogas.

¿Es habitual el consumo de drogas entre estos pacientes?

Sobre un 40% abusan o tienen dependencia de drogas. En principio, no digo siempre, el consumo o abuso de drogas es una suerte de automedicación contra el TLP porque sufren mucho a nivel emocional. Entonces, pueden recurrir por un lado a las medicaciones terapéuticas, que es una opción, pero no se puede negar que incurren en las drogas, bien de manera excluyente o paralelamente para intentar aliviar el sufrimiento. Por lo tanto, acaban teniendo otro problema.

¿Cómo lo sufren los familiares?

El desgaste para la gente más cercana es ostensible. Decir lo contrario sería faltar a la realidad. El amor-odio que pueden sentir los propios pacientes acaban experimentándolo muchas veces los familiares porque vivir con una persona con TLP deja una huella profundísima.


ENLACE: https://www.diaridetarragona.com/tarragona/Alvaro-Frias-Ibanez-Con-baja-autoestima-las-redes-son-peligrosas-20200607-0009.html

viernes, 18 de septiembre de 2020

Huérfanos Furiosos.

Hoy he leido un post que voy a tomar como referencia de lo que voy a decir a continuación. Se trata de un post fimado por una psicóloga llamada Olga Pujadas que me ha dado la idea del titulo del mío. La hipótesis central de esta psicóloga en relación a los #TLP, es ésta: se trata de personas gravísimamente maltratadas en su infancia (y también en su edad adulta) y que padecen, por tanto, en mayor o menor medida daños severos en su personalidad.
Esta es una idea fácil de entender para muchas personas pero tiene un defecto: es falsa.

Y lo es porque los psicólogos clínicos que tratan a este tipo de pacientes operan con un modelo lineal de causalidad, hacen como ese Fernando Simón cuyos errores en la predicción en la epidemia del coronavirus no tiene tanto que ver con mala fe sino con haber utilizado el modelo de propagación de SARS, un virus que era muy letal pero escasamente contagioso. De ahí sus errores, pues los epidemiólogos como los hombres del tiempo funcionan con modelos. Y los modelos no siempre funcionan para predecir las novedades. El #COVID19 no era el SARS y de ahí los errores de planteamiento.

A los psicólogos les pasa un poco lo mismo: casi todos operan con un funcionamiento (un modelo) lineal, en este caso el de Bowlby y su teoría del apego y no hay apego que resista a un maltrato continuado, un abuso sexual infantil o a la negligencia que son los traumas más frecuentes en la crianza. Pero no siempre existieron.

Hay un sesgo en la observación de los psicólogos que tratan TLPs y el más importante es que casi todos sus pacientes son privados y los pacientes privados están sesgados pues si no encuentran terapeutas que les den la razón, no vuelven. Yo que he trabajado (casi) siempre en la publica he de decir que a pesar de haber visto cientos de casos de TLPs solo recuerdo dos o tres casos con abusos sexuales, negligencia grave o maltrato. Y son 42 años de de experiencia clínica. Alguien tiene el sesgo y puede que sea yo. Por eso haré a continuación algunas revelaciones sobre mi.

¿Qué demonios es la identidad?.-

La identidad es la variable critica de eso que llamamos TLP que en realidad es una amalgama de conflictos personales que van más allá del criterio diagnóstico en si mismo. Más abajo volveré sobre ello.

  • Yo nací en Castellón de la Plana pero no soy castellonero, es decir no me interesan ni las fiestas de mi ciudad, ni la Magdalena, ni las Gayatas ni la Virgen de Lidón. Castellón no es mi identidad.
  • Tampoco es mi identidad el CF. Castellón, es decir no soy “orellut”, a pesar de que durante y mi adolescencia iba con regularidad al futbol. El uniforme blanquinegro no es mi identidad.
  • Mi madre era catalana y mi padre valenciano. En mi casa se hablaba en catalán con dejes valencianos y a pesar de ello n i el catalán, ni el valenciano, ni es castellano son mi identidad, son simplemente idiomas que hablo.
  • He escrito en catalán (o valenciano), poesía,sobre todo, me gusta Ausías March y Vicent Andres Estellés como valencianos y Salvat Papaseirt como catalán. Me gusta Joan Manuel Serrat cuando canta en catalán y yo mismo escribí una opera rock en valenciano (L´home de cotó-en-pél en 1973 ) cuando era músico, así como otras canciones, he escrito poemarios en valenciano y je leído mucho en estos idiomas y a pesar de ello, ni la música, ni la poesía, ni la literatura son mi identidad.
  • Decidí ser medico para poder ser psiquiatra y a pesar de muchas dudas durante la carrera y otras posteriores acabé decidiéndome por la Psiquiatría, pero a pesar de que esa es mi identidad social, esa no es mi identidad personal.
  • Soy heterosexual absoluto, pero esa no es mi identidad.
  • Tengo mujer, hijos y nieto pero ellos -a pesar de lo mucho que les quiero- no son mi identidad.
La pregunta que a continuación procede hacerse es ésta: ¿Entonces qué demonios es la identidad?

domingo, 28 de julio de 2019

La Invención de la Salud Mental


Hace unos días me encontré con un vídeo que me interesó ( y que más abajo colgaré), se trataba de un vídeo de Miguel Angel Navarro y que versaba sobre el concepto filosófico de la salud mental, un termino vago que ha venido a sustituir a la Psiquiatría clínica clásica en la creencia de que los malestares del hombre común pueden ser abordados por una serie de tecnologías psiquiátrico-psicológicas- y/o sociales ejercidas por un equipo de profesionales que trabajando de forma “multidisciplinar” pueden ayudar a las personas sufrientes a vencer o al menos a afrontar sus problemas vitales de un modo “científico”
Al mismo tiempo que visionaba este vídeo me vinieron a la memoria al menos dos libros más aparte del de Thomas Szasz (un antipsiquiatra radical), escrito en 1961 con un titulo más que sugerente que viene a decir que: “Las enfermedades mentales son un invento”. Hay tres autores que han escrito sobre esta cuestión, uno es Marino Perez (un psicólogo académico), otro, el de Jose Maria Alvarez (un psicólogo lacaniano). El titulo tiene mucha fuerza y he de confesar que los he leído los tres. Cosas del marketing.


Por ultimo me gustaría responder a Miguel Angel Navarro cuando dice que: “la filosofía no viene a alumbrar nada sino a oscurecer algo” en el siguiente sentido:
Los médicos no somos filósofos y por tanto estamos obligados a tratar y no solo a filosofar con nuestros pacientes. En el entorno práctico significa que estamos obligados a aceptar como genuino cualquier sufrimiento y tratar de ponerle remedio incluso cuando un paciente sufre sin ser propiamente un enfermo mental.
En lo que estoy de acuerdo es que lo que es un invento es el término “salud mental” solo existe la locura. Y las locuras cambian según el zeitgeist de nuestro tiempo hasta tal punto que lo que hace unos años conceptualizábamos como cordura ahora y gracias a la ingeniería social se ha convertido en locura o transgresión.
Y los locos tienen cargos públicos.

sábado, 27 de julio de 2019

Mi Inestabilidad: TLP



















El Trastorno Límite de la Personalidad ( #TLP), o borderline, es una enfermedad caracterizada por la dificultad en la regulación de las emociones. Esta dificultad provoca cambios acusados en el estado de ánimo, impulsividad e inestabilidad, problemas de autoimagen, y relaciones interpersonales inestables. Pueden darse intentos frenéticos para evitar situaciones de abandono real o imaginario. El resultado combinado de vivir con trastorno límite puede manifestarse en un comportamiento destructivo, como la autolesión (cortes) o los intentos de suicidio.
El término borderline para referirse al trastorno está ampliamente extendido, incluso en idiomas distintos al inglés. Fue usado por primera vez en 1884, por el psiquiatra C. Hughes, y posteriormente por el psicoanalista Adolph Stern en 1938 para caracterizar afecciones psiquiátricas que superaban la neurosis pero que no alcanzaban la psicosis (muchos autores califican los síntomas del TLP como pseudopsicóticos). Bajo esta concepción se establecía un continuo gradual entre uno y otro extremo, situándose el trastorno en el «límite».
Se estima que el 1,6% de la población adulta tiene TLP, pero puede llegar al 5,9%. Casi un 75% de las personas diagnosticadas con este trastorno son mujeres, pero investigaciones recientes sugieren que el porcentaje de hombres afectados puede igualar al de las mujeres. En el pasado, los hombres con trastorno límite de la personalidad eran a menudo mal diagnosticados con trastorno de estrés postraumático o depresión.
Síntomas.
El trastorno límite de la personalidad afecta la manera en la que te sientes sobre ti mismo, en la que te relacionas con los demás y en la que te comportas.
Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:
  • Un miedo intenso de abandono, incluso llegar a medidas extremas para evitar una separación o un rechazo real o imaginario.
  • Un patrón de relaciones intensas inestables, como idealizar a una persona por un momento y luego creer que esa persona no muestra interés o es cruel.
  • Cambios rápidos de identidad e imagen propias que incluyen el cambio de metas y valores, y verse a sí mismo como malo y como si no existieras.
  • Períodos de paranoia relacionada con el estrés y pérdida de contacto con la realidad, que puede durar desde algunos minutos hasta algunas horas.
  • Comportamiento impulsivo y riesgoso, como apuestas, conducción imprudente, sexo inseguro, ola de gastos, atracones o abuso de drogas, o sabotaje del éxito al dejar de repente un buen trabajo o terminar una relación positiva.
  • Amenazas o conductas suicidas o autolesiones, a menudo en respuesta al miedo de separación o rechazo.
  • Grandes cambios de humor que pueden durar desde algunas horas hasta algunos días, que pueden incluir felicidad intensa, irritabilidad, vergüenza o ansiedad.
  • Sentimientos continuos de vacío.
  • Enojo intenso, inadecuado, como perder el temperamento con frecuencia, ser sarcástico o amargado o tener peleas físicas.

martes, 16 de julio de 2019

Retrata2

























Más del 70% de los pacientes que consultan por un #trastorno por uso de #sustancias presenta otro trastorno psicopatológico. #Alcohol#marihuana y #cocaína son las sustancias más consumidas por estos pacientes, seguidas por los tranquilizantes y los medicamentos para dormir.

Aproximadamente el 55% de los adultos con consumo de sustancias presentará un diagnóstico psiquiátrico dentro de los 15 años posteriores.
Los expertos hablan de una cierta vulnerabilidad genética y biológica que predispone a algunas personas a considerar a ciertas sustancias más placenteras que al resto. Se inicia lo que se conoce como “automedicación” que puede desembocar en la cadena uso/abuso/adicción y en definitiva, a una enfermedad cerebral crónica.

martes, 4 de junio de 2019























Seguimos caminando...

La idea es muy elemental: trabajar unidos, aprovechar sinergias, coordinar esfuerzos y experiencias para que entre todos podamos conseguir una mayor eficiencia y eficacia,  estando mejor representados a nivel nacional.
 La representación Nacional indirecta a través de otras Organizaciones es claro que no nos da visibilidad suficiente y no nos permite desarrollar nuestras potencialidades como Colectivo que sufre las consecuencias de una patología,los Trastornos de la Personalidad, que si no es la mas grave si es la mas difícil de curar.
Por otra parte la prevalencia de la enfermedad es cada vez mayor, según están demostrando la triste realidad.



Manuel Márquez Martín,Presidente de Honor de la Asociación Extremeña de Familiares de Afectados por #TLP ( #AEXFATP)

martes, 20 de junio de 2017

La traumática historia del trauma.









19-TLP o Trastorno Límite de la Personalidad.

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad relativamente nueva, fue descrita en 1934 por una psicoanalista llamada Helene Deutcsht con el nombre de “personalidad como si”, que hacía referencia a una clínica bien distinta a aquella que clasificaba los malestares mentales en tres grandes grupos de la psicopatología clásica: neurosis, psicosis y perversiones.

El Trastorno límite de la personalidad (en adelante TLP) no era ni una cosa ni otra y sin embargo poseía y posee elementos de todas las series, síntomas depresivos que no son depresiones, ataques de rabia que no son proporcionales a los estimulos recibidos, una tendencia a la inconsistencia y una incapacidad de formular proyectos a largo plazo y otros síntomas nuevos como el sentimiento crónico de vacío, o la incapacidad para estar solos. Aquí puedes ver los criterios diagnósticos para el TLP según DSM. Dicho de otro modo, se supuso que el TLP sería una forma de transición entre neurosis y psicosis.

Se trataría pues de una forma de transición dialéctica entre la histeria y la esquizofrenia, entre el vértice I y el vértice A. O dicho de otra forma: se trata de una forma “evolucionada” de la histeria, una histeria desbordada, es decir una forma adaptada a las sociedades opulentas y que se caracteriza por una agravación de la clínica clásica. Del mismo modo, otros autores han hablado de neoconversión para explicar certos síndromes clínicos alejados de la histeria clasica como lo que sucede en el dolor neuropático. Todo parece indicar que la histeria se oculta cada vez en distintos y más complejos nichos donde la sospecha médica de engaño quede por fin eliminada.

Se trata de una expresión más de la plasticidad con la que los cerebros individuales enfrentan las contradicciones de su tiempo y es obvio que si la histeria emergió en tiempos de la represión sexual, hoy ya se encuentren en franca retirada, pues como decía Foucault: “El poder ya no opera a través de la restricción del deseo sino a través de la diseminación y la legitimación de todos los goces”.

Sobre esta frase de Foucault volveré más abajo cuando hable de la identidad. El TLP es un trastorno muy prevalente en las sociedades actuales y muy difícil de tratar, y además un trastorno que afecta más a las mujeres que a los hombres y que conlleva un enorme riesgo de suicidio. Con todo se acepta que el TLP tiene una causa traumática, si bien se trataría de traumas precoces vividos durante los primeros años de vida y que afectaría -al contrario de la histeria clásica, no al cuerpo- sino a la identidad y del mismo modo a través de esa “chica para todo” que es la disociación.

El principal factor ambiental considerado en todos los estudios es siempre el trasfondo familiar, aunque se ha visto que no existe conexión entre estas condiciones familiares y las que se dan entre las capas socioeconómicas más bajas (París, 2001). Se darían dos tipologías de familias en las que aparecen casos de TLP (Cierpka, Reich, 2001) aunque existen combinaciones: de una parte, familias «caóticoinestables» y, por otra, «familias negligentes y practicantes del abuso emocional». Las familias caóticoinestables se caracterizan por constantes crisis matrimoniales y disputas familiares, escenarios impulsivos, alcohol o dependencias y utilización de los hijos como chivo expiatorio.

El otro tipo de familia tiene como rasgos característicos la frialdad con los niños, desmoralización o invalidación, negligencia, separación temprana de los padres, o fases largas de depresión por parte de los padres (Ruiz-Sancho y Gunderson, 2001). Un punto adicional es que los investigadores asumen que en las familias en las que se dan casos de TLP y otros trastornos de la personalidad, los síntomas se pueden trasmitir por la conducta (Cierpka, Reich, 2001). Por tanto, la impulsividad de los padres con TLP puede afectar negativamente a la descendencia, que sufre de ese modo un daño similar al que tuvieron sus padres.

Dicho de otra forma: la genética no es la única forma de transmitirse enfermedades o patologías, sino que -como decían nuestros abuelos- el ejemplo es lo más importante (“haz lo que hago y no lo que digo”).


Enlace completo:https://pacotraver.files.wordpress.com/2016/11/la-traumatica-hisotria-del-trauma-definitiva.pdf

Trastorno Limite de la Personalidad: causas.













El Trastorno Límite de la Personalidad puede tener como causa la existencia de experiencias traumáticas durante la infancia. Se cree que los factores genéticos también desempeñan un papel en el desarrollo de este trastorno. Lo más probable es que deban darse varios de estos riesgos de forma conjunta para que aparezca el #TLP.
Según muestran modelos explicativos psicoanalíticos, el TLP es un trastorno de inicio temprano. Esto significa que en los afectados se han mantenido estructuras y pautas de pensamiento características de la infancia temprana. Durante esta etapa los conflictos causados por odio y envidia son frecuentes, y no existe una percepción diferenciada de la propia persona o de los demás, sino una valoración rígida de los individuos como “totalmente buenos” o “totalmente malos”.
En los últimos años, se ha estudiado la influencia de los episodios de abuso en el desarrollo del trastorno límite de la personalidad. Así, se ha comprobado que más del 80% de los pacientes han sufrido experiencias traumáticas graves como, por ejemplo, abuso sexual o físico, o violencia doméstica extrema.
En muchos casos, el autor de los abusos es una persona de referencia importante, de modo que las víctimas se enfrentan a la contradicción de que la persona amada, que ha de protegerlas, es la misma de la que deben protegerse. Esta discordancia impide a los afectados asumir y expresar su ira y repugnancia hacia la persona de referencia. Es probable que en el caso del trastorno límite de la personalidad estos sentimientos negativos se vuelvan hacia uno mismo, de forma que el abuso se justifique debido a la “maldad” de la víctima. Las experiencias de abusos también pueden marcar de modo decisivo las relaciones posteriores, ya que se viven simultáneamente emociones incompatibles. Por ejemplo, el afecto del autor de los abusos unido al miedo hacia él; el sentimiento de ser el elegido, pero también una vergüenza suma. Esta contradicción extrema de los sentimientos provoca que los pacientes fluctúen entre los polos extremos también en su trato posterior con otros individuos.

Los recuerdos se convierten en una carga

En la terapia de personas que han sufrido experiencias traumáticas se ha observado que, a medida que se habla repetidamente sobre el suceso traumático, las reacciones emocionales de la mayoría se debilitan. Por el contrario, en los pacientes con trastorno límite de la personalidad el recuerdo reiterado del abuso aumenta los sentimientos opresivos. Parece que estos presentan una mayor susceptibilidad neurobiológica. Además, procesos traumáticos repetidos llevan a estos pacientes a desarrollar una alerta constante ante posibles amenazas. Como consecuencia pueden tener ante estímulos aparentemente inofensivos respuestas extremas, como por ejemplo síntomas disociativos. En estos casos los pacientes pierden toda conexión con la realidad y se sienten a sí mismos como extraños: se altera la percepción de sí mismos de modo que se sienten ajenos a determinados actos o sentimientos propios (despersonalización). Los síntomas disociativos pueden aparecer en las ocasiones en que perciben subjetivamente una amenaza. Es comparable a la catalepsia en los animales: cuando la persona no dispone de recursos de actuación para responder a la amenaza, los síntomas disociativos ayudan a huir de la situación. Sin embargo, de esta forma el paciente con TLP no tiene la oportunidad de aprender cómo superar un peligro percibido actuando por él mismo. Los síntomas disociativos, tales como cambios en la percepción espacial y temporal, la sensación de estar de pie junto a uno mismo o de no poder sentir nada, son vividos como algo extremadamente alarmante por las personas con trastorno límite de la personalidad. Con frecuencia ponen fin a ese estado desagradable por medio de conductas autolesivas, por ejemplo cortándose o clavándose objetos punzantes para volver a sentirse a sí mismos.
No obstante, no todos los pacientes que sufren trastorno límite de la personalidad han padecido abusos. Lo que sí parece un factor común a todos los afectados es haber crecido en un entorno en el que las conductas y las personas eran siempre juzgadas como “totalmente buenas” o “totalmente malas”. Por ejemplo, un patrón de conducta típico aprendido podría ser no poder enfadarse nunca siendo un niño “bueno”. Esto deriva en que los afectados no aprenden a gestionar de forma adecuada situaciones difíciles o sentimientos negativos. En el historial de los afectados con TLP también son frecuentes negligencias emocionales extremas o una educación severa en exceso.

Dra.Patricia Alva

martes, 13 de junio de 2017

La Codependencia













La familia como sistema recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción, cuando uno de sus miembros se enferma de adicción.
Paradójicamente además, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo de la adicción. A esto le llamamos codependencia.

Definición de CodependenciaLa codependencia se define como el ciclo de patrones de conducta, y pensamientos disfuncionales, que producen dolor, y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo o en una situación de toxicidad relacional.

Quiénes desarrollan Codependencia?La codependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra persona, ya sea un familiar, amigo, compañero, pareja o cliente que sufra de adicción. Ademas existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como la esquizofrenia, la violencia, el maltrato y las neurosis. Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar codependencia.
Muchas veces alguien que ha desarrollado codependencia por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja. Por otro lado, con mucha regularidad las hijas de adictos, terminan casándose con otros adictos, aún sin que esto sea una decisión conciente.

Cuales son los síntomas de la Codependencia? La codependencia se caracteriza por una serie de síntomas tales como:

1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones intimas sanas
2.- Congelamiento emocional
3.- Perfeccionismo
4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros
5.- Conductas compulsivas
6.- Sentirse sobreresponsables por las conductas de otros
7.- Profundos sentimientos de incapacidad
8.- Verguenza tóxica
9.- Autoimagen negativa
10.- Dependencia de la aprobación externa
11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos
12.. Gastritis y diarrea crónicas
13.- Depresión

Estos síntomas se presentan primero en la relación enferma que produce la tensión, pero luego se transfiere a las demás relaciones del codependiente.

Disfuncion Familiar Las relaciones famliares y la comunicación se van haciendo cada vez mas disfuncionales, debido a que el sistema familiar se va enfermando progresivamente. La comunicación se hace mas confusa e indirecta, de modo que es mas fácil encubrir y justificar la conducta del adicto. Esta disfunción se va convirtiendo en el estilo de vida familiar y produciendo en muchos casos el aislamiento de la familia de los contactos sociales cotidianos. Las reglas familiares se tornan confusas, rígidas e injustas para sus miembros, asi como los roles de cada miembro familiar que se van distorsionando a lo largo del proceso de avance de la adicción. Todos los miembros de la familia se afectan de este sistema de reglas disfuncionales, y es allí, donde los niños van formando su carácter codependiente, que puede facilitar el desarrollo de adicciones o de relaciones enfermas en el futuro.

FacilitaciónLa conducta codependiente es una respuesta enferma al proceso adictivo, pero además se convierte en un factor clave en la evolución de la adicción. O sea que la codependencia promueve el avance del proceso adicctivo. A este concepto le llamamos "facilitación". Existen diversas formas que toma la facilitación que oscilan entre la colaboración y la agresión. Los codependientes no pueden darse cuenta de que están facilitando el problema, en parte por la negación y en parte porque están convencidos que su conducta esta justificada, debido a que están "ayudando" a que el adicto no se deteriore más, y a que la familia no se desintegre.

MaldiagnósticoEs más frecuente de lo que pensamos, que las personas codependientes acudan en busca de ayuda médica, pero sin mencionar el problema que les aqueja en el seno familiar, por lo que los profesionales de salud encargados de hacer el diagnóstico, terminan etiquetándolo como "depresión" o simplemente "estres". A pesar de que la codependencia cursa con sentimientos depresivos, es importante tener en cuenta de que la depresión en este caso, es un síntoma de la codependencia, y esta a su vez es causada por el proceso adictivo que ocurre en la familia. Si se logra hacer el diagnóstico correcto, es más probable que la familia reciba la ayuda apropiada para resolver la codependencia y la adicción.

Codependencia Profesional Los profesionales de la salud que trabajamos en esta área del tratamiento de las adicciones, siempre estamos en riesgo de desarrollar condependencia como resultado de la exposición crónica a la adicción de nuestros pacientes. Los que tenemos experiencia, sabemos eso y nos protegemos, manteniendo nuestro cuidado personal y los límites sanos en la relación terapéutica. Sin embargo con alguna regularidad los profesionales se "enganchan" en relaciones codependientes, con las personas que sufren de adiccion o con sus familias. Muchas veces la intención es genuinamente la de ayudar, pero no ayuda en nada establecer una relación codependiente con un adicto. Las manifestaciones de esta condependencia podrían ser muy variadas, desde asumir reponsabilidad por el adicto, hasta protegerlos de las consecuencias de sus decisiones, y darle sermones repetitivos, o nunca referirlos a los servicios de tratamiento para adicciones. Pronto estaremos ampliando acerca de este tema que nos parece de especial relevancia.

Recuperación de la CodependenciaAsi como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra. 

Los grupos de autoayuda para familiares de adictos, tales como: Familias Anónimas, Alanon y Codependientes Anónimos son de gran utilidad en el proceso de recuperación familiar y de la codependencia.
La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.


Dr, Saúl Alvarado
Médico adiccionista

viernes, 2 de junio de 2017

Trastorno Límite de Personalidad: Tratamiento desde un enfoque Cognitivo Conductual





Es importante observar que el término “Límite” se ha empleado de diversas maneras. Al principio se utilizaba cuando el profesional no estaba seguro del diagnóstico del paciente porque presentaba una mezcla de síntomas limitando entre la neurosis y la psicosis. También se usó para amontonar todos los pacientes difíciles de diagnosticar. La teoría de que los pacientes estarían entre la neurosis y la psicosis ha sido descartada desde los años ochenta, pero los términos "Borderline" o "Límite" han perdurado. (Beck y Freeman, 1995)

El tratamiento del Trastorno Límite de la Personalidad ( #TLP) suele representar un reto para los profesionales por la gravedad y variabilidad de la psicopatología de estos pacientes. Su elevada prevalencia en la práctica clínica y la dificultad para abordar su compleja problemática, ha despertado en los últimos años un creciente interés por la elaboración y el mejoramiento de estrategias terapéuticas para que sean más eficaces.


Es por esta razón que la importancia de este trabajo radica en la presentación de los aportes de las técnicas de tratamiento desde un enfoque Cognitivo Conductual. Tomando principalmente postulados del psiquiatra Norteamericano Aaron Beck con su propuesta de Reestructuración Cognitiva, al inicio de la década de los sesenta, y también presentar los últimos avances formulados en la década de los noventa, por una docente de psicología Estadounidense llamada Marsha Linehan, con la Terapia Dialéctica Comportamental. El aporte de Linehan es el enfoque de tratamiento mejor validado en el panorama científico actual. La Terapia Dialéctica Comportamental para el TLP, es un desarrollo Cognitivo Conductual altamente estructurado que combina el entrenamiento en habilidades de regulación emocional en grupo con sesiones de terapia individual en la que se utilizan estrategias terapéuticas específicas.

Para entender la presentación de los tratamientos de corte cognitivo se hace necesario una explicación de la variedad sintomatológica y los criterios diagnósticos de estos pacientes.


DESCRIPCIÓN DIAGNÓSTICA PARA EL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

El Trastorno Límite de Personalidad (TLP) es definido como una pauta duradera de percepción, de relación y de pensamiento sobre el entorno y sobre si mismo en la que hay problemas en diversos aspectos como la autoimagen, la conducta interpersonal, marcada por inestabilidad en sus relaciones e impulsividad en sus acciones, que mas tarde pueden reconocer como irracionales. También se destaca la inestabilidad en sus estados de ánimo, donde los rasgos más predominantes son la intensidad de las reacciones emocionales, pasando de un estado depresivo a uno marcado por intensa ira o ansiedad. Esto comienza a principios de la edad adulta y se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes criterios extraídos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR, 2002):

1.- “Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado... cuando perciben una inminente separación o pérdida se provocan cambios en su autoimagen, afectividad, cognición y comportamiento...” (DSM-IV-TR, 2002 p. 790) La incapacidad de tolerar la soledad los lleva a pensar o sentir que serán abandonados y reaccionan de manera angustiosa o furiosa. Además, creen que la separación con las personas que se preocupan por ellos se debe a que son malos o perversos.


2.- “Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por los extremos de idealización y devaluación”. (DSM-IV-TR, 2002 p.790) Cuando el sujeto con este trastorno realiza gestos hacia las personas de su entorno lo hace para que pueda satisfacer sus propias necesidades y además, para que le presten más atención y preocupación, de no ser así, ellos cambian de opinión con respecto a estas personas de idealizarlas a devaluarlas.

3.- “Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable... se producen cambios bruscos y dramáticos de la autoimagen, de opiniones y los planes sobre el futuro de los estudios, la identidad sexual, la escala de valores y el tipo de amistades...” (DSM-IV-TR, 2002 p. 790) Su imagen es de desgraciados y llegan a pensar que no existen. Esto ocurre cuando sienten que no están siendo apoyados o acompañados como ellos esperan.

4.- “Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida)” (DSM-IV-TR, 2002 p. 791)

5.- “Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación. ...suicidio consumado se observa de 8-10%... los actos de automutilación e intentos suicidas son muy frecuentes, siendo esto último uno de los motivos importantes y recurrentes por los que estos sujetos acuden a tratamiento...” (DSM-IV-TR, 2002 p. 791) Estos actos se llevan a cabo por los sentimientos de abandono que estos pacientes experimentan. La automutilación puede ocurrir durante experiencias disociativas. Estas conductas dañinas les proporcionan un alivio frente aun sentimiento de maldad o les reafirma su capacidad para sentir.

6.- “Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo” (DSM-IV-TR, 2002 p. 791) Estos pacientes son hipersensibles a los estímulos ambientales, lo que lleva a una reactividad frente a las situaciones interpersonales que se acompañan se tensión. Son pocas las situaciones en las que se observa un estado de satisfacción que prime en su estado de ánimo.

7.- “Sentimientos crónicos de vacío... se aburren con facilidad y están buscando siempre algo que hacer”. (DSM-IV-TR, 2002 p. 791) Los individuos con este trastorno siempre buscan actividades que los puedan mantener ocupados. Sin embargo, a pesar que en un principio puedan manifestar entusiasmo en estas actividades son de breve duración, se aburren con facilidad, no encuentran actividades que los llene completamente.

8.- “Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira... es frecuente que expresen ira inapropiada con sarcasmo extremo o explosiones verbales y que tengan problemas para controlarla...” (DSM-IV-TR, 2002 p. 791). Cuando estos pacientes sienten que su entorno esta teniendo despreocupación hacia ellos, surgen sentimientos de ira, que conlleva una consecuente pena o culpa por sus conductas inadecuadas, reforzando así este sentimiento que tienen de ser malos.

9.-“Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves” (DSMIV- TR, 2002 p. 791) Cuando experimentan fuertes situaciones de estrés se pueden presentar síntomas disociativos, como la despersonalización. Estos sentimientos de estrés pueden surgir como respuesta a un abandono real o imaginado.

Con toda la descripción propuesta por el DSM podría pensarse que estos pacientes siempre se encuentran en un torbellino. Sin embargo, pueden experimentar periodos estables. Aún así, cuando llegan a consultar se debe a que experimentan momentos de crisis, cuando su sintomatología es variable, por lo que su diagnóstico resulta más complejo en comparación con otros trastornos. Es por esto, que Beck y Freeman (1995) proponen incluir otras posibles características para la identificación de estos pacientes, aunque no pretenden sumarlas como criterios diagnósticos adicionales.

Dentro de estas características se toma en cuenta la presentación de los síntomas que se dan de manera mezclada y pueden variar de un día o semana a otra. También se cuentan las reacciones y vulnerabilidad emocional fuerte y desproporcionada, presentando una hipersensibilidad a estímulos mínimos. Importa incluir, también, la autoinvalidación, es decir, tendencia a invalidar sus propias emociones, pensamientos y conductas que puede dar lugar a un intenso sentimiento de vergüenza, odio e ira dirigida hacia sí mismos.

También, se incluyen las relaciones interpersonales, que como consecuencia de la visión inestable del individuo acerca de si mismo, se vuelven carentes de finalidad y confusas. Se producen dificultades para establecer límites personales así como para respetar los límites de los demás. Suelen provocar en las personas cercanas desconcierto, incomprensión e impotencia, presentando frecuentes problemas de convivencia y relaciones intrafamiliares conflictivas. Tienden a confundir intimidad con sexualidad y tienen dificultad para tolerar la soledad y el tener que cuidar de sí mismos.


Finalmente, es de suma importancia integrar los patrones de pensamiento de los pacientes Boderline que guardan íntima relación con la terapia Cognitiva Conductual que se describe mas adelante. Aquí encontramos la tendencia de clasificar dicotómicamente, ya sea a los otros, de su lado o en su contra, a las situaciones, desastrosas o ideales, y a su conducta, de despreciable o perfecta. Estas concepciones cognitivas los lleva a acciones y reacciones emocionales extremas. Además, basan sus creencias en sensaciones más que en hechos. Se suma también, las cogniciones de que el mundo es peligroso y que él es un ser vulnerable, incapaz de hacerle frente a las amenazas del ambiente, o que lo lleva a estar siempre a la defensiva y no mostrarse débil frente a diversas situaciones, presentándose continuamente tensión y cautela frente a sus relaciones.


Los pensamientos influyen en los sentimientos y sensaciones del paciente lo que lo lleva a acciones descontroladas y estas acciones permiten reforzar las cogniciones que llevan a una resistencia al cambio, por lo cual se hace necesaria una intervención psicoterapéutica.



Enlace : http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-41232007000300014

martes, 30 de mayo de 2017

Maternidad y Salud Mental: el último Tabú.










¿Puedo ser buena madre si tengo un trastorno mental? ¿Cómo afectará la medicación al feto?¿Heredará mi hijo el trastorno? ¿Cómo voy a cuidar de un niño si yo misma necesito que me cuiden a veces? ¿Tendré más posibilidades de sufrir depresión posparto? ¿Cómo le explicaré a mi hijo mi enfermedad? Miles de mujeres se hacen este tipo de preguntas cuando el instinto de ser madres choca con el estigma social y el autoestigma.
— Albert, ¿tú sabes lo que le pasa a mamá?
Con estas palabras, Ino Moya encaró una de las conversaciones más difíciles de su vida. Fue el día en que explicó a su hijo mayor, en términos que pudiera entender a sus once años, que padece un trastorno bipolar y que estuvo ingresada en su día.
— ¿Has estado en el manicomio?
— Se llama psiquiátrico.
— ¿Pero estás mal de la cabeza?
— No, hijo. Mamá tiene un trastorno mental, pero puede hacer todo lo que quiera.
Ino, contable, «terapeuta de reiki y especialista en bioneuroemoción», decidió revelarle a su hijo su enfermedad, pues está convencida que los secretos influyen en el desarrollo de los niños. Más tranquila y segura, se lanzó tiempo después a contárselo al pequeño, de siete años, y la conversación fue sensiblemente más corta:
— Ferran, ¿tú sabes lo que le pasa a mamá?
— Sí. Que estaba mal de la cabeza, pero ya está bien.
«Yo nunca había querido ser madre, pero mi primer hijo me dio la vida», reconoce Ino, que tuvo a Albert con treinta y dos años, cinco años después de ser diagnosticada con un trastorno mental. «La enfermedad supuso un punto de inflexión en mi vida, pero tener a mi hijo, ¡eso sí que fue un antes y un después!», exclama. «Me ayudó a darme cuenta de que yo era capaz de hacer lo que cualquier persona, y me dio una fuerza impresionante», añade.
Cuidar y ser cuidada
«¿Seré capaz de cuidar de un hijo si a mí me han tenido que cuidar?». Esta pregunta daba vueltas en la cabeza de Ino cuando empezó a sentir ganas de ser madre, y es la misma duda que reconocen haber tenido las demás mujeres con trastorno mental consultadas para este reportaje. «Hablé con mi marido y lo consultamos con mi psiquiatra, que nos dijo que no habría problema, porque ya llevaba bastante tiempo estabilizada. Me dijo que sería cuestión de dejar la medicación unos meses antes de la gestación, ya que puede dañar al feto». Ino cuenta que pudo dejar de tomar sin problemas el litio, un estabilizador del estado anímico, pero le fue imposible con el ansiolítico, así que la psiquiatra optó por sustituirlo por otro más indicado para el embarazo. «En ese momento, me arriesgué a que mi vida se desequilibrara, porque había algo dentro de mí que me movía a hacerlo», relata.
No es el caso de Sonia Avellaneda, una pedagoga social diagnosticada de Trastorno Límite de la Personalidad ( TLP). Con cuarenta y dos años ya no se plantea tener hijos. «Quizá ya sea tarde. Me faltaría una vida para ser madre», confiesa. Durante una época trabajó en un Equipo de Atención a la Infancia y la Adolescencia (EAIA) y vio muchos casos de madres con problemas de salud mental que habían perdido la custodia de sus hijos. «Una vez tuve que evaluar si una madre con el mismo trastorno que yo podía tener visitas con su hijo», explica. «¡Yo, que por aquel entonces escondía en el trabajo mi diagnóstico!», revela. «En esa época aumentó mi miedo a la maternidad: me traumatizó ver a niños tutelados, abandonados. Me ha podido más el miedo a no ser buena madre que las ganas de tener hijos», confiesa.

domingo, 14 de mayo de 2017

Las relaciones familiares en el entorno del paciente afectado por, Trastorno Límite de Personalidad ( TLP )











Las relaciones familiares en el entorno del paciente afectado por, Trastorno Límite de Personalidad     ( TLP ) pasan por diferentes etapas, cada una de las cuales, incluso a veces, llegan a parecernos, totalmente “contradictorias”. 


Difícilmente, cuando comienzan en casa unos padres a darse cuenta de que algo no va bien, son conscientes, de la complicada y larga batalla en la que toda la Familia se verá envuelta. Cada miembro del entorno familiar lo vivirán diferente, unos con distancia,incomprensión,incredulidad,rabia,enfado,desprecio,etc.etc.etc…..

Y otros con impotencia,miedo,inseguridad,dependencia,apegos excesivos,etc.etc.etc.
Con semejantes bucles de emociones y sentimientos intensos en un entorno familiar diario, la convivencia se va poco a poco convirtiendo en “insoportable y toxica”. Salir de estas situaciones, prácticamente siempre, requiere ayuda Profesional, donde todos los que conviven con el paciente “desaprendan” mecanismos y conductas que no benefician ni al paciente ni a ellos mismos.

En una Asociación de Afectados y Familiares por Trastornos de la Personalidad y/o Enfermedad Mental, el primer contacto llega casi siempre con una llamada de la familia, pidiendo ayuda para el “paciente”.

Y eso suele ser, después de pasar por largos periodos de búsquedas de respuestas, consultas a diferentes Profesionales, cansados de diferentes “diagnósticos” y años de relaciones conflictivas entre los miembros de la familia, diferentes diagnósticos o porque han leído o visto “alguna información”, donde todo parece encajar con lo que ellos están viviendo en casa. “Estamos desesperados”, es la petición de ayuda que se sigue repitiendo al cabo de los años en relación al paciente TP/TLP y sus familiares.